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SOBRE LAS CANCIONES

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martes, 11 de agosto de 2009

Tercera: Tregua

"Me voy"

"Eso no te lo puedo decir, lo siento"

"No me entiendes"

Tenía esas malditas palabras todo el tiempo en mi mente. Sentí que quería agarrar un diccionario y quemarlo para no poder entender el significado de esas palabras nunca más. Era inútil, no sabía que estaba pasando. Estaba experimentando una mezcla extraña entre histeria, tristeza, ansiedad y locura.

No podía contenerlo por más tiempo. Nadine ya estaba jugando muy sucio, y me estaba haciendo demasiado daño sin querer, sin poder hacer nada al respecto. ¿Acaso era tan difícil hacerla sentirse bien? ¿O acaso era yo el que no estaba haciendo las cosas bien? Juro que quería destruir cada cosa que se encontraba en mi camino. No me importaba si luego venía un personaje de las historietas y me detenía. Aún así estaría complacido.

Tuve otra noche horrible. Diría que esta fue la peor de entre las últimas. Los shocks eran cada vez más constantes, y tampoco era para ponerme en estado de coma, pero sentía que necesitaba calmarme con algo. Me desperté de pronto, y miré el reloj. Eran las dos de la mañana, con nueve minutos, y no tenía sueño. Genial.

Cogí mi reproductor de CD's y, en volumen bajísimo, escuché por un rato un disco que Sarah había dejado ahí hace ya varias semanas. Era uno de sus favoritos. Sentí por un momento que quería hablar con ella, pero tampoco estaba tan loco como para llamar a alguien a esa hora. Me quede dormido escuchando el disco.

Era sábado. Y había cosas por hacer.

Tenía que ir a mis clases de inglés. En verdad, creo que lo necesitaba. Necesitaba algún lugar donde poder reencontrarme con mis ánimos, y en cierto modo, las clases de inglés ayudaban. La verdad, cada clase era una función de circo genial, con la excepción que no estaba el circo completo, solo... los payasos. Me divertía demasiado cada sábado, con cada cosa que se hablaba en la clase, y también podías encontrarte con amigos que solo veías una vez a la semana y que tal vez tengan algo interesante que contar.

Me encantaba hablar con Anna, era una tipa muy buena y muy graciosa. Se podía hablar fácilmente con ella, y teníamos muchas cosas en común. Siempre decía dos cosas: Que quería chocolate, y que tenía sueño. Sonaba tan... gracioso. Parecía una oficial de policía comiendo su dona de chocolate. Siempre que le decía alguna broma me respondía con un "shut up". Y tal vez lo que teníamos más en común, era que teníamos casi los mismos gustos musicales. Siempre hablábamos de las canciones que nos gustaban y hasta nos poníamos a cantar en plena clase. La pasaba muy bien con ella, no lo puedo negar.

-¿Que pasa Chris? ¿Estás bien?
-Si Anna, no te preocupes. Es que ayer no dormí bien.
-Oh, entiendo.
-Creo que necesitaré un poco de chocolate, como tu.
-Arg, ya me provocaste.
-Que bueno que lo dices.
-No es nada bueno Christopher. Y yo no sufro de insomnio como tu
-¿En serio?

La verdad, me moría de ganas por contarle a Anna lo que pasaba en realidad. Pero tampoco quería hacer mucho chamullo acerca del asunto. No me gustaba en realidad que la gente supiera todo lo que me pasaba. Pero ellos sabían que algo pasaba, porque no sabía fingir del todo. Eso me incomodaba más aun, porque me sentía como un famoso en pleno paparazzi.

Ese día, como siempre, salí conversando con Anna. Siempre que salíamos de la clase había un montón de gente afuera, y ella tenía que cruzar al otro lado de la avenida para tomar el bus que la lleve a su casa. Casi siempre que salíamos, el semáforo estaba en rojo, y ella se iba rápidamente.

-Debo irme, te veré el próximo sábado.
-De acuerdo, cuídate.
-Tu también.

Y debía esperar a que pase el bus que me lleve a mi casa. No era como cuando iba a la universidad. En ese caso si quería, podía regresar a casa caminando, porque no estaba tan lejos.

Pero, no quería ir a casa aún. No tenía nada que hacer luego y estaría muy aburrido allá. Tenía dos opciones. La primera era ir al centro comercial que está a unas cuadras del instituto, solo para mirar y tal vez comprar algo de comer. La segunda era visitar a Sarah, para lo cual tendría que irme mucho más lejos aún, pero la ruta era directa, así que tampoco era mala idea. Después de pensarlo por varios segundos, me decidí por la primera opción.

Entré a la tienda de discos, para ver que nuevos lanzamientos habían en el catálogo. Como no había nada nuevo, me fui a la tienda de aparatos electrónicos. Me quedé un buen rato jugando la demo de un videojuego nuevo, y cuando me aburrí me fui al supermercado, a comprar algo de comer. Tanta distracción me había dado hambre. ¿Que compré? Pastel de chocolate y una soda. Bien hecho Anna.

Me senté en una de las mesas que estaban en el comedor del supermercado, y no tardó en pasar.



Bueno, pues si tengo que agradecer a alguien ahora, es a Moé. Gracias por leer esta historia y por confiar en ella. Y gracias también por llenar mi paladar (y el de muchas personas) de buenas historias a través de tu blog.

Y también por muchas otras cosas más :)


PD: El nombre "Escena" ya no pega, buscaré un buen título con el transcurso del tiempo.

1 comentario:

  1. Ow De nada Sergin, siempre leere tu blog (siempre lo hago) y me encanta como escribes :) Yo tambien te agradezco por TOOODOO lo que eres y por TOODOO en lo que me has ayudado. Que bueno que te guste mi blog y gracias por pensar asi de mi.
    NHL un beso, Moé

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