AVISO DE SERVICIO PÚBLICO

Todos los nombres e identidades de las personas nombradas en este blog, se mantienen en secreto (salvo excepciones). El único que puede publicar su verdadera identidad en este blog, es Sergio (o sea, yo). Cualquier comentario y/o opinión (¿comentario y opinión son lo mismo? ¿si no?) vertido acerca de la temática del blog y de las personas "implicadas" en el mismo, no es responsabilidad absoluta del autor. Gracias.

¿Por qué hago esto? Simplemente para especificar.

SOBRE LAS CANCIONES

Muchas de las canciones presentes en los posts de este blog pueden encontrarse en el playlist ubicado entre los gadgets.

lunes, 31 de agosto de 2009

Accidentes a punto de ocurrir.

El otro día creando mi playlist para The outcast (si, ya tengo playlist, pueden chequearlo entre los gadgets) estuve pensando en un montón de canciones, y en los mensajes que traía cada una de ellas. Pensé un poco en poner las que me inspiraron mas o menos en escribir el material del blog y, también algunas de mis favoritas. De esa forma podrían entender un poco más la temática del blog. Me pareció que sería interesante.

Entre las canciones elegidas, figuraba There There de Radiohead. Bueno, estaba pensando y dije: ¡que buena canción!. Saqué dos conclusiones:

1.- Thom Yorke es un maldito cabrón por escribir tan buenas letras.

2.- Esta canción tiene algun mensaje oculto.

Y bueno, durante todo el día de ayer (domingo), me puse a pensar un montón en ese mensaje. La letra ya me la sabía de memoria desde hacía un año, cuando la escuché por primera vez (si, admito que no había escuchado Hail to the Thief nunca antes y me había quedado en OK Computer), pero el mensaje no me quedaba claro. Lo cierto es que, decidí que hoy día saldría a caminar un poco por la tarde, para distraerme un poco. Creo que lo necesitaba.



"Just 'cause you feel it, doesn't mean it's there"

Seguía con la cancioncita esta en la cabeza, casi por gran parte del trayecto. Y pasé por un lugar que me traía ciertos recuerdos. No se si era mi intención pasar por ahí, o simplemente el destino me dijo "ya, camina por ahí, vas a ver lo que pasa", pero el punto es que ese lugar tenía algun significado especial para mi. Y, esa parte que tanto me importaba y me hacía recordar a ese lugar, no estaba ahí. Es cierto, aún sentía algo acerca de ello, pero eso no quería decir que iba a estar ahi todo el tiempo, como a mi disposición. Que enfermizo podría sonar eso. En fin, necesitaba desviar un poco ese sentimiento mio acerca de ese lugar, así que... seguí caminando.

"Steer away from these rocks, we'd be a walking disaster"

(Si, eso era lo correcto. No quería seguir en esto y estoy seguro de que si corría el riesgo de entrar y actuar, no hubiera sido nada agradable para mi. Debí mantener mi autocontrol constantemente y limitarme a decir simplemente "aquí fue". Nada más.)

"Why so green and lonely?"

Comencé a caminar por algunos lugares diferentes. Sin saber como llegué, me di cuenta que estaba en el Olivar. Y bueno, me detuve por un momento. Por un momento... me sentí solo, y algo vacío. Había estado caminando por casi veinte minutos desde ese lugar, y me dije a mi mismo "Vaya, que lejos llegué". Si, todavía quería seguir avanzando, pero me sentí un poco desanimado. Creo que no debí haber ido a ese lugar desde un inicio, eh.

"We are accidents waiting to happen"

Y finalmente, llegué al parque Kennedy. No podía creerlo, había estado caminando por casi cuarenta minutos, y me sentía un poco feliz. No, no me ocurrió ningun accidente, pero esto finalmente me hizo pensar en una cosa: Llegué aquí casi por accidente. Me pregunté entonces si algun otro "accidente" iba a ocurrir en cualquier momento. Lo primero que me hacía pensar la frase anteriormente mencionada, fue que de algún modo, somos accidentes a punto de ocurrir, y pensé, que ese accidente era la muerte. Fue tal vez una interpretación rápida de la frase.

Pero, aún seguía sin entender claramente el final de la canción, y ya era demasiado.



Al llegar a casa, comencé a pensar entonces en todo lo que me pasó anteriormente, y sobre todo lo que he escrito anteriormente en The outcast (excepto por el primer post, claro).

He tenido demasiados accidentes por ahora. Y todos me los gané yo.

Si, podría sonar muy "a reproche", pero es cierto en el sentido de que a veces me dejo llevar por mis sentimientos, mis emociones, mi falta de autocontrol, y termino estropeando las cosas. Y ahí es cuando ocurren esos accidentes. Entonces, ¿debo tener más cuidado? ¿tendré que tener un seguro contra accidentes a partir de ahora?


Hora de tomar decisiones. Es hora.

Interpretación final de la canción: No importa el lugar, ni el tiempo, ni el espacio. Las cosas están ahí y suceden porque suceden.
(Ojala nunca me llamen desde la revista Rolling Stone para trabajar de crítico algún día, pobres)

Y éste fue el minuto filosófico de The outcast, gracias por sintonizarnos :)

viernes, 28 de agosto de 2009

Séptima: Cuenta atrás

-¡Oh no! ¿En serio?
-Si, y no sabes lo horrible que me siento. De verdad, jamás pensé que él haría eso.
-Yo tampoco, pero... la verdad Angela no se que decirte.
-Lo se Chris, se que poco puedes hacer, pero te agradezco mucho por escucharme.
-No hay de que, sabes que siempre voy a estar contigo.
-Si, tienes razón, pero es que... no se, Michael me prometió que nunca lo haría.
-Yo también pensé que nunca lo iba a volver a hacer... es decir, Michael se veía tan decidido.
-Me siento tan tonta por haberle creído.
-No digas eso, todos cometemos errores, y a cada rato.
-Si pues, pero bueno, como te dije antes, gracias Chris, eres un gran amigo.
-De nada Angela.
Lo que me acababa de enterar, era horrible. Michael y Angela rompieron, y yo ni me lo esperaba. Supuestamente ellos tenían una relación estable, y este shock si que fue fuertísimo. Por un momento me pregunté: ¿Por qué tienen que haber tantos shocks seguidos? ¿Acaso alguien me había mandado una maldición del mas allá? Si no era así, simplemente estaba enloqueciendo o tenía mala suerte para este tipo de cosas.

Sentía pena por Angela. Ella era una buena persona y solía ser muy feliz. Verla así simplemente me rompía el corazón. No me gustaba que sufra mucho por ese tipo de cosas, pero por otro lado, Michael era uno de mis mejores amigos y no podía hacer nada. Se que a veces el siempre hace mal las cosas, pero esta vez creo que se había pasado de la raya.

Por alguna extraña razón, me sentí muy egoísta cuando Angela me contó lo que pasó. Sentí que, al estar sufriendo demasiado por Nadine, me estaba comportando de una manera no adecuada. Es decir, habían otras personas que necesitaban de mi o que tal vez se sientan peor. Angela y Michael llevaban casi nueve meces como pareja. Yo y Nadine teníamos apenas una semana. Se que no puedo reprimir mis sentimientos ni compararlos con los de otros, pero en verdad, me sentí pésimo al ver así a Angela. Tampoco era por menospreciar a Nadine. Después de todo, yo la amaba y no era mi intención ignorarla del todo. Eso ni en mis peores sueños.

El resto de la fiesta pasó normal. No tuve oportunidad de contarle a Angela lo que pasó en los últimos días con respecto a Nadine, pero al menos pude distraerme un poco y conocí a algunas personas. En realidad, no me gustaba ir mucho a fiestas. Muchas veces lo consideraba como una pérdida de tiempo, y me aburría mucho. Pero esta vez, tengo que admitir que estaba tan necesitado de distraerme, que dio cierto resultado.

A la mañana siguiente, me desperté a las doce del mediodía. Bueno, me despertaron.

Era otra vez Sarah, y tenía otra noticia de último minuto. Ella era la primera que se enteraba de todo lo que le pasaba a Nadine, y me sentía un poco mal por que ella tenga que decirme todo lo que pasaba a cada rato. Apreciaba mucho lo que ella hacía por mí, y la verdad, no encontraba la forma de agradecerle todo eso. Yo también la ayudaba en algunos problemas que ella tenía, pero tras hacer un balance de todo, mi deuda con Sarah era una deuda que tal vez nunca podría pagar.

-Chris, ¡te he estado llamando toda la noche de ayer!
-Lo se Sarah, tuve que salir, lo siento. -dije con voz somnolienta.
-No te preocupes, ya pasó. Eh... hay algo que tengo que contarte.
-Déjame adivinar, es sobre Nadine, ¿cierto?
-Si, pero es algo terrible.
-¿Qué? ¿Todavía sigue mal?
-No, ya está bien. Le dieron de alta esta mañana.
-De acuerdo. Entonces, ¿qué pasó?
-Se va en un día.
Y otra vez...
-¿Qué? ¿Lo dices en serio?
-Chris, ¿Cuándo te he mentido?
-Lo se Sarah, pero es que... he recibido demasiados shocks últimamente. Ya no se que pensar.
-Te entiendo. Se que es difícil, tanto para ti como para mi. Nadine es mi amiga, y me siento terrible por todo lo que ha pasado en los últimos días. Más allá de eso, me duele que tenga que irse tan pronto. La voy a echar de menos.
-Yo también. En verdad, no sabes cuanto te agradezco lo que haces por mi Sarah. Deberían nombrarte persona del año.
-No tienes por que Chris. Sabes que siempre te voy a apoyar en lo que sea. Tú también me has ayudado bastante antes, y eso también te lo agradezco mucho.
-Lo se Sarah, lo se...
-Bueno Chris, debo irme. Mamá me llama, quiere que la ayude en no se que cosa.
-De acuerdo, hablaremos luego.
-Vale, cuídate mucho.
-Hasta luego.

Me levanté inmediatamente de la cama, me alisté, y salí corriendo de mi casa, rumbo a la casa de Nadine.

Había una ruta directa para llegar hasta allá, tomando un bus. No era tan complicado después de todo, pero me moría de ganas por verla, sabiendo que esta vez el tiempo era más corto. Otra vez se activó ese chip en mi mente que decía que ya no importaba nada más, que no había riesgo que correr, tal como sucedió ayer en la tarde cuando fui al hospital a ver a Nadine.

Sin duda alguna, esta vez me sentí más necesitado de ella, y al final, terminé pensando que yo había enfermado peor que Nadine. Lo peor, es que el diagnóstico decía que debía pasar mucho para poder salir de alta. Esto únicamente lograba que me precipite más cada segundo que pasaba.

Cuando llegué, toqué la puerta. Ella salió.
-¡Chris! ¿Qué estás haciendo aquí? –me miró sonriente y sin ganas de estrangular a alguien.
-Nadine, se que en tu mente quieres matarme, pero, necesitaba verte. –me detuve por un instante– Si, también se que estoy cometiendo demasiados errores, y que debería estar ahora mismo en un manicomio, pero... te amo. No puedo estar sin ti.
-Eh, Chris, no tienes de que preocuparte. Yo... más bien, creo que te debo una disculpa. No te traté como tal vez debí haberlo hecho desde el principio.
-No, la culpa es mía. Desde el principio. Fui un idiota.
-¡No digas eso! –su sonrisa se transformó en reproche.
Me quedé en silencio por unos segundos, mirando hacia abajo, y le respondí
-Bueno, ya pasó, ahí quedará.
-De acuerdo. –volvió a sonreír.
Cambié el tema.
-Te vas mañana, ¿cierto?
-Cierto. Creo que Sarah no lo haría mal como agente de noticias. –me dijo riéndose.
-Si. Que mujer tan chismosa. –le seguí.
-Bueno, yo creo que a ella no le va a gustar eso que acabas de decir.
-No hablaba en serio.
-Más te vale Chris.
Nos pusimos a reír. Me encantaban esos momentos, y me encantaba su risa. Era tan... única, como ella.
-Y, ¿a qué hora es el vuelo?
-En la mañana. A eso de las siete.
-¿Tan temprano?
-Si, lo sé. Papá no pudo reservar otro vuelo.
Puse cara de decepción. Nadine me miraba tristemente, pero no decía nada.

Lo primero que se me vino a la cabeza en ese momento fue que tal vez no iba a poder despedirme de ella en otra oportunidad, así que, decidí actuar de una vez.
-Bueno, creo que... hasta aquí llegamos.
-Si, tienes razón.
-Claro.
Otra vez nos quedamos sin decir nada.

-¡Christopher! –gritó.
-¿Qué sucede Nadine? –le pregunté sorprendido.
Me abrazó fuerte.
-Te voy a echar de menos.
-Yo también Nadine, yo también. –me quedé sin palabras como muchas otras veces.
-¡Mírame! –me dijo. Tenía los ojos llenos de lágrimas. Otra vez me sentí mal.
Y nos quedamos mirándonos por un instante, hasta que nos besamos otra vez.

Sea como sea, éste iba a ser el último beso. La última vez que iba a contemplar sus labios. La última vez que iba a decirle sin palabras cuanto la amaba. La última vez que me sentiría tan fuera de este mundo, como nunca antes lo había hecho, y todo gracias a esa maravillosa persona que era ella. Ya no habría próxima vez. Ya no la habría...

Pasaron dos minutos, y volvimos a mirarnos. Ella recostó su cabeza en mi hombro y nos mantuvimos abrazados todo el tiempo que pudimos.

-¿Nadine? –gritó una voz desde adentro de la casa.
-¡Oh no!, es papá. –dijo ella.
Traté de responderle con calma.
-Bueno, será mejor que me vaya.
-¡Chris, espera!
-Si.
-Gracias por todo.
-A ti Nadine. Gracias por ser mi peor pesadilla. Nunca te olvidaré.
-Ni yo, simple mortal. –seguía con lágrimas, pero ahora sonreía.
Nos soltamos lentamente.
-Adiós. –le dije casi sin fuerzas.
-Adiós...

Entonces, comencé a caminar rumbo a casa.



"If I only knew the answer, and if all our days are numbered... then, why do I keep counting?"



Comunicado: Debido a razones personales y, por una cuestión de privacidad, les informo que este ha sido el último capitulo de la historia publicado en el blog. Si, tenía planeado llegar hasta más lejos y profundizar en la historia, pero por un momento me di cuenta que debí parar y llegar hasta cierto punto. Hay algunas personas que conocen y entienden las razones previamente mencionadas, y la verdad, les agradezco de corazón por su apoyo constante. Mis disculpas por el final no tan feliz, y espero que sea de su comprensión. Gracias.

Y bueno, finalmente, gracias a The Killers por esa maravillosa canción llamada Why Do I Keep Counting?, sin la cual no habría terminado este post.

(Update 29-08: Si, para TI, que estás leyendo esto, o que probablemente ya lo leiste, sé que tal vez no me encuentre dentro de las posibilidades, así que, suerte con eso.)

miércoles, 26 de agosto de 2009

Sexta: Retroceso

Las disculpas del caso.

Si, se que prometí que ayer en la noche iba a tener la sexta parte del relato. Pero, por problemas extraliterarios, no pude cumplir mi promesa (es una larga historia). Lo siento.

Ahora si, a pedido de Nela Canela, la sexta parte, ésta va para ella.



Llegué a mi casa, y me eché en la cama de mi cuarto. Tenía algunas asignaciones de la universidad, pero... al carajo, no tenía ganas de hacer nada. Prometí que mañana las haría con más calma y tranquilidad. Ahora no había espacio para pensar en ello.

Me quede dormido rápidamente, y mi mente se transportó al estado sueño, otra vez.

-Eh, que buen libro.
-Gracias, es uno de mis favoritos.
-Soy Nadine.
-Christopher, Chris para los amigos, mucho gusto.
-Igualmente.
-Y, ¿eres amiga de Sarah?
-Si, me pidió que viniera para ver unas cosas.
-Oh, ya veo. La verdad, no conozco mucho a Sarah.
-Es una persona genial. Deberías.
-Trataré de hacerlo.
-¿De donde conoces a Sarah?
-Una amiga me la presentó hace poco. Fue casi por casualidad -solté una risa.
-¿De veras? Me encantan las cosas no planificadas.
-A mi también, guardan cierto misterio. Pero, por algo pasan, ¿no?
-Desde luego, y eso le da un gran atractivo.
-Exacto.
La conversación se vió interrumpida.
-Oh Chris, veo que tu y Nadine han congeniado bien -dijo Sarah.
-Eh si, aunque ella fue la que tomó la posta. -respondí.
Nadine se rió.
-Se hace lo que se puede. -prosiguió Nadine.
-Bueno, debemos irnos, recuerda que vamos a llegar tarde a la reunión.
-Si, tienes razón Sarah. Bueno Chris, fue un gusto haber charlado contigo.
-Gracias, el gusto es mío.
-Adiós Chris, luego hablamos. -dijo Sarah.
-Nos vemos luego Sarah, cuídate. Hasta pronto Nadine.
-Hasta pronto.

-

-¿Qué? ¿Hablas en serio? -le pregunté.
-Si, mi casa queda a unas cuadras del café. -respondió ella.
-Genial, me encanta ir a ese lugar.
-A mi también, aunque hace siglos que no voy. He estado ocupada últimamente.
-Bueno, tienes razón, no siempre hay tiempo para todo.
-Si... eh, ¿qué te parece si vamos mañana?
-¿Propones una cita?
-(risas) Si, y no tendrás a donde escapar.
-Oh, que miedo.
-Pobre, creo que te asusté.
-No te tengo miedo Nadine.
-Deberías. Soy peor de lo que te imaginas.
-¿Ah si?
-Si, soy tu peor pesadilla.
-Una cita con mi peor pesadilla. Que locura.
-Que afortunado eres, no todos tienen la oportunidad de tener una cita con su peor pesadilla, al menos no de forma planificada.
-Tienes razón en lo que dices. Sabes, me encanta tu forma de pensar, peor pesadilla.
-Gracias, también me gusta la tuya, simple mortal.
-Bueno, supongo que ya me elevarás del nivel "simple mortal".
Ella ya no pudo evitar soltar una carcajada.
-Muy bien, para lograr tu ascenso, debes cumplir un requisito más.
-¿Cuál?
-Que aceptes la cita.
-Eh, déjame pensarlo.
-Bueno, te lo pierdes.
-Ya, de acuerdo, acepto.

-

-Asi que, eso es lo que pasa.
-Si. La verdad, me he sentido terrible en los últimos días. Es que es tan difícil.
-Nadine, no se que decirte la verdad. Me gustaría poder ayudarte, en lo que sea, y como sea.
-Gracias Chris. Sabes, eres una gran persona, me gusta como eres.
-Tu también Nadine. No voy a encontrar a nadie como tu nunca.
-¿De veras crees eso?
-Si.
-¿Ya buscaste?
-Si.
-No te creo.
-Eso dices.
-Hablo en serio.
-Ya, entonces busca tu.
-¿Yo? Pero si tu eres el interesado.
-Si pero tu eres la que habla en serio.
-Ay, Chris, te voy a golpear.
Nadine golpeó a Chris con la mano.
-Ouch, eso duele.
-Oh, lo siento, ¿de veras te dolió?
-Eh... no.
-Entonces, ¿quieres otro golpe?
-No, ya no. Tu mano va a pagar las consecuencias de tantos golpes.
-Ya, no me desafíes Chris.
-De acuerdo. ¿Tregua?
-Tregua.
Dejamos de mirarnos por un instante, y luego nos volvimos la mirada, sonriéndonos. Tras quedarnos así por un rato, frente a frente, comenzamos a acercarnos un poco más. Nuestras miradas se perdieron en la vorágine, y comenzó todo. Nuestros labios ya estaban juntos, y comenzaban a conocerse lentamente. Todo sucedió con demasiada rapidez, hasta el punto en que casi no sentí el pesar del tiempo.

Y eso era... el primer beso.

Luego de varios segundos, ella se apartó.
-Eh, lo siento. Yo... no quise... -le dije.
-No, no tienes porque Chris. Solo que...
-Fue demasiado rápido -completé la frase.
-Si, pero eso no quiere decir que no haya tenido que suceder.
-El destino.
-Si, ese mismo, sabes que amo las cosas no planificadas.
-Y, creo que...
-¿Qué?
-Que te amo Nadine.
Puso los ojos como platos.
-Chris, me avergüenzas.
-Lo se, pero es que me gustas mucho. Tenemos tanto en común.
-Tu también me gustas Chris, pero... no es tan fácil.
-Si, creo que tienes razón. Lo siento.
-No te preocupes, entiendo.
Nos quedamos en silencio por un instante.
-Eh, debo irme Chris. Te veré luego, ¿si?
-De acuerdo. ¿No quieres que te acompañe?
-No, no te preocupes. Tomaré un taxi.
-Está bien, cuídate.
-Tu también, hasta pronto.

Cuando terminó eso, abrí los ojos inmediatamente. Había caído en un sueño profundo, y me costó demasiado volver a la realidad. No habían sido precisamente sueños, pero el peso de los flashbacks era como el de unos mil mastodontes. Lo cierto es que, con todo esto que estaba pasando, ya comenzaba a asustarme. No sabía que iba a pasar después de que ella se fuera y todo se acabe. "¿Van a volver a brotar estos flashbacks?", me preguntaba cada segundo que pasaba.

Traté de distraerme viendo un poco de televisión. Apenas había encendido el aparato, sonó el móvil.
-Diga.
-Chris, es Angela.
-Oh, ¿como estás?
-Bien... quería hacerte una pregunta.
-Dime, ¿que sucede?
-Es que, voy a tener una fiesta esta noche. ¿Te gustaría venir? Me gustaría hablar contigo sobre unos cuantos temas.
-Di la hora y el lugar.
-Nueve en punto, en mi casa.
-Bien, ahí estaré.
-De acuerdo, te veré luego Chris. Adiós.
Colgó el teléfono antes de que pudiera decir siquiera "a".

Angela era una persona muy buena, una de mis mejores amigas, y yo la quería bastante. Ella siempre me ayudaba con todos los problemas que tenía, me hacía reír mucho. En verdad, nos reíamos los dos, de cualquier estupidez que estuviéramos hablando, y era grato saber que contaba con ella. La conocí por medio de Michael, uno de mis mejores amigos de la infancia, quien por circunstancias del destino, terminó por enamorarse de Angela. La verdad, son tal para cual, y me da gusto verlos juntos.

Supuse que era una buena idea ir a la fiesta. Estaría con Angela y no me aburriría del todo. Necesitaba distraerme con urgencia y le agradecí demasiado el que me haya invitado a su casa esa noche. Además, ella tenía cosas que contarme, y no estaba dispuesto a fallarle. Pensé que también le podría contar un poco lo que estaba pasando por mi cabeza en esos momentos, y así tal vez recibir un par de consejos de parte de ella. Di por contado que Michael iba a estar ahí, y hacía ya mucho tiempo que no lo veía. En conclusión, iba a ser una buena noche.

Después de terminar de ver un partido de fútbol por televisión, me alisté rápidamente, y salí rumbo a su casa.



Oh si, lo olvidaba. Feliz cumpleaños Mauricio.

lunes, 24 de agosto de 2009

when your chips are down, when your highs are low, JOY RIDE (8)

A ver, tenía pensado que este post fuera la sexta parte de la historia.

Pero, mejor vamos a hacer un pequeño (pero gran) paréntesis aquí. Hoy voy a hablar acerca de lo que pasó en el último fin de semana.

Bueno, este fin de semana no ha sido como otros. ¡Si que no!

Si si, ya se que se están preguntando porque. (¿Por qué?)

-

Para comenzar, el sábado conocí a una persona que es demasiado genial (y muy malvada). Me reservaré el derecho de no decir su nombre, y si quieren saber las razones, váyanse a la parte de arriba, si, arribita, encima de TOOOOODOS los posts. Genial, gracias. Ahora si, continuaré.

Bueno, esta persona llegó casi de sorpresa, pero llegó y está haciendo grandes cosas sin querer. Recien la conosco tres días y pareciera que la conosco ya bastante tiempo. Si, te caí bien dices, y tu también a mi. :) No sabes lo mucho que te agradezco por hacerme reir un montón, llegaste cuando más lo necesitaba y eres de lo mejor.

Si, ya se que según tu me odias, pero me da igual. Eres masoquista y eso justifica todo.
(juuuuuum!!)

JOIN THE RESISTANCE! yeah!

-

Y, la segunda parte de mi post, tiene que ver con algo que recién vi ayer (tenía ya un día de publicado u_u). Se trata sobre mi hermana, Moé.

La verdad, tengo que confesar que, su último post me embelesó tanto que se me llenaron los ojos un poco de lágrimas. Definitivamente, me hace sentir más que bien saber que piensas eso de mi, y no soy tan bueno como tu para escribir este tipo de cosas (lo se u_u), pero quiero que sepas que te agradezco mil mundos el ser mi hermana y el que me ayudes en momentos difíciles como estos. Eres una persona única, alguien demasiado especial para mi, y sabes que siempre voy a estar de tu lado, en las buenas y en las malas, pase lo que pase.

Aún así caiga un meteorito sobre mi casa y me salgan quemaduras de tercer grado, igual te voy a ayudar como sea.

NHL, te quiero muchomuchomucho Dori :')

-

A ustedes dos, GRACIAS TOTALES

Para terminar:
Tenía que escribir esto para saldar una deuda conmigo mismo. Ahora si, prometo que tendré la sexta parte de la historia a más tardar para mañana en la noche. Esto fue todo por hoy.

Au revoir (8)

"There goes my hero, he's ordinary..."

viernes, 21 de agosto de 2009

Quinta: Otro Mundo

La puerta estaba abierta, y me asomé para verla más de cerca. Me acerqué hacia su posición, casi en silencio. Nadie se hubiera dado cuenta de que yo estaba por ahí... rondando.

La verdad, nunca me había imaginado como sería ver a Nadine en un hospital. Y ahí estaba yo, a pocos centímetros de ella. Estaba dormida. No tenía un buen aspecto que digamos, pero conocía su belleza natural, y supuse que no era tan malo después de todo. Se encontraba durmiendo en silencio, estaba echada de costado en la cama, hacia el lado izquierdo, y su cabello lacio castaño no lograba cubrir del todo su rostro. Tenía un aspecto angelical, e inocente. Así me gustaba Nadine. Así era como la conocí y me enamoré de ella.

No tenía nada más que hacer, pero me quede congelado por varios minutos, mirándola. No temía que se despertara de pronto y me mirara con su cara de asombro, y tal vez saque fuerzas de la nada y se acerque a darme un golpe. O tal vez abriría un poco los ojos, y me pediría que me acerque a abrazarla. Que se yo, no era dueño de su destino.

-Señor, ¿que hace aquí? -me dijo una voz suave y calmada.
Giré rápidamente, sorprendido. Era una de las enfermeras.
-Eh, vine a visitar a la señorita.
Le mostré mi pase.
-Lo siento, pero la orden del doctor es que la señorita no puede recibir visitas hoy.
-Pero, no me dijeron nada a la hora de reservar la visita.
-Si, pero el doctor acaba de dar la orden. Tengo que hacerla cumplir, lo siento.
-Está bien, lo siento mucho.
-No hay problema, gracias por su comprensión.
-De acuerdo.
Tuve que seguir las indicaciones de la enfermera, sino algo peor podría haber pasado. Pensé que esto no era un juego, y que era por el bien de Nadine. En cierto modo, me sentía satisfecho. Por lo menos sabía que ella se encontraba con vida, y que tal vez pronto se encuentre mejor.

Ya estaba cruzando la puerta de entrada del cuarto, cuando se escuchó algo.
-Chris...
Me quedé petrificado. Conocía esa voz, aunque este más débil y ronca de lo normal, pero la conocía.
-¡Nadine!
-Chris, ¿eres tu?
-Señorita, por favor, recuéstese -dijo la enfermera.
-No, quiero hablar con Chris.
-Nadine, espera un momento -le dije rápidamente
-Por favor señorita, déjeme hablar con él. Todo estará bien.
-Pero, el doctor ha dicho que tiene que descansar.
-Por favor... -seguía diciendo Nadine.
-Nadine, lo siento mucho, -me detuve por unos segundos- pero...
-Chris, necesito decirte algo. No me importa lo mal que esté, solo tengo que decírtelo.
-Eh... Nadine, no se que decirte. -le respondí.
-Señorita enfermera, necesito hablar con él, de veras. Todo estará bien, lo prometo
-Eh... pero...
-No se preocupe, de verdad. -parecía muy segura de sus palabras. Esa era Nadine.
-De acuerdo, pero solamente por unos minutos.
-Está bien, muchas gracias.
-No hay de que. -le respondió la enfermera con una sonrisa.

La enfermera se fue, aunque podría jurar que se encontraba en el pasillo, detrás de la pared de la habitación. Me volví hacia Nadine.
Antes de que pudiera decir algo, ella preguntó.
-Fue Sarah, ¿no?
-Eh, si. Lo siento mucho.
-No, yo soy la que debe disculparse Chris. Me he portado terrible contigo.
-No tienes porque hacerlo, todos tenemos nuestros momentos. Creo que no debimos precipitar las cosas entre los dos.
-Si, pero de no ser por mi, otra sería la historia.
-Bueno, como sea. El punto es que, te amo Nadine.
-Yo también Chris, y a juzgar por mi apariencia, de manera enfermiza.
-No digas eso Nadine, el amor tiene que ser sano, no enfermizo.
-Lo se, lo se.
-En el peor de los casos, fue culpa del bicho que se metió a tu organismo.
-Ese bicho eres tu.
Comenzamos a reírnos, aunque ella lo hacía de manera débil. Parecía que era consciente de que no podía forzarse mucho.
-¿De cuanto es la fiebre?
-40 grados.
-Wow, no puedo creerlo.
-Créelo, y te lo sugiero porque aquí me tienes.
-Lo se, en todo caso deberías seguir descansando.
-Tienes razón, pero no te preocupes. Estaré bien en cuestión de días. Hasta menos tal vez.
-Exacto.
Nos quedamos mirándonos, sonriéndonos, por un rato.
-Chris.
-Dime.
-Prométeme que nunca me vas a recordar tal como estoy ahora.
Solté una carcajada.
-Mujeres... ¿por qué serán criaturas tan nobles?
-Es en serio Christopher, no me estoy riendo.
-Ya ya, como tu digas.
-¿Lo prometes?
-Lo prometo.
-De acuerdo. -me sonrió.
Le devolví la sonrisa, me agaché un poco al costado de la cama y la abracé con mi brazo derecho.

Me sentía tan... fuera de este mundo. Quería que ese momento no se acabe nunca, porque, a decir verdad, no me había imaginado esto ni en mis sueños más emocionantes. Ya no me importaba todo lo que había pasado para llegar aquí. Esto era más de lo que habría imaginado dentro de las probabilidades. Cuando salí desde la casa de Sarah para llegar hasta acá, no había tomado en cuenta las consecuencias. Aún no las tomaba en cuenta. Mi instinto otra vez me dio la razón, y mi subconsciente ya no jugaba sucio.

En ese momento, los flashbacks comenzaron a brotar en mi mente. Desde el momento en el que conocí a Nadine, pasando por el tiempo cuando nos hicimos amigos. La primera cita que tuvimos, los días que pasamos juntos yendo de un lado para otro, riéndonos de los chistes malos que decíamos todo el tiempo.

Teníamos solamente una semana como pareja, cuando los problemas comenzaron. Aún así, yo creía en ella, y sabía que ella era única. Me dolía en el alma saber que ya no la tendría por más tiempo. Me quedaba solamente una semana, pero quería que esto sea recordado para la eternidad.

-Señor, siento interrumpir, pero ya se acabó su tiempo.
-Si, lo se. Le agradezco un cielo por haberme permitido estar aquí. -le respondí
-No hay problema. -me dijo y cambió su mirada hacia Nadine- Señorita, será mejor que descanse. Su padre llamó, y dice que ya está en la ciudad. Vendrá al hospital en una hora.
-De acuerdo, gracias por la información.
-Bien, creo que eso fue todo por hoy. Debo irme.
-Chris, espera. -dijo Nadine.
-¿Que ocurre?
-Te amo.
Tenía lágrimas en los ojos. Me sentí mal por un momento.
-Yo también te amo. Gracias por todo.
-Gracias a ti.

Le sonreí, y me fui caminando lentamente, fuera de la habitación, mirando hacia arriba.



Bueno, hoy si no agradeceré a nadie. Esto ya parece un libro de dedicatorias.

Al final de la historia pondré TODOS los agradecimientos, ya no los pondré uno por uno. Lo prometo.

martes, 18 de agosto de 2009

Detour

Bueno, primero las disculpas del caso.

Hace dos semanas, dije que ya no iba a hablar más del asunto. Que no iba a escribir más acerca de ti en The outcast.

...

Pero las ganas de desahogo de Sergio pudieron una vez más con su razonamiento lógico.

Eso si, prometo que este si será el último post. EL ÚLTIMO.
En definitiva. Lo juro por la memoria de Kurt Cobain.



Ya ahora si comenzaré.



Y es que hace dos semanas...
...pasó algo.

Recibí un shock tremendo, así, enorme y fuerte. Sentí como si mi casa hubiera sido derrumbada por un terremoto o como si la memoria del disco duro de mi computadora hubiera sido consumida por un virus.

Que buenas descripciones, ¿no?

La verdad, no sabría como describirlo, pero si fue algo fuerte. Fuertísimo.

Y bueno, no puedo negar (ni fingir) de que en estas últimas dos semanas, he sido otro. Marcado por las circunstancias de la vida, cegado por los juegos del destino. Ese destino en el que tu tanto crees y te sientes intrigada. Si, bien decias que amabas todo eso.

Y justamente, esa es la razón por la cual, ya fue todo.
La razón por la cual terminé de convencerme de que es imposible. Al cien por ciento.

Mi cabeza ha estado dando vueltas por miles de lugares que antes no había explorado.
Me puse a pensar en el pasado, en el presente, y sobre todo, en el futuro.

Todos mis planes, mis ilusiones. De verdad, nunca habia visto mi mente tan a futuro... como lo había hecho esta vez.

La verdad, es que, es tan difícil encontrar a alguien como tu. Alguien, que tenga ese carisma, esa sensibilidad, esa forma de pensar, esa mística. Nunca habia conocido a alguien como tu, lo juro.

Si, se que tal vez no te conozco lo suficiente como para decir esto. En el peor de los casos, me hubiera gustado conocerte más. Ser tu amigo, tu compañero.

Me hubiera gustado hacer un montón de cosas contigo. Ir a diferentes lugares, pasar momentos únicos, reirnos mucho. Hubiera sido genial.

Solamente fueron sueños que duraron (y que duran) hasta ahora. Por más que trato de expulsarlos de mi mente, no puedo. Se quedan. Y no se por cuanto más se van a quedar, pero he llegado a una conclusión.

Ya no vale la pena seguir así.

Lo único que queda a partir de ahora es... ser amigos.
Solo amigos.

Y la verdad, me gustaría agradecerte por tu amistad, por todas esas cosas pequeñas que hemos pasado, que pasan, y que están por pasar. Me gustaría agradecerte el ser como eres, de corazón.

Y juro que lo haré. Antes de que se acabe el tiempo.

Bueno, manos a la obra.

Después de todo, tengo que intentarlo, no me queda de otra.
Es difícil, pero no imposible. Oh no, si que no lo es.

Es lo mejor.

Solamente, se que quedarás en la memoria de este blog. Y no solo en los posts, sino en alguna otra parte del mismo. ¿Lo sabrás?... da igual.

Tal vez esto haya sido innecesario, pero ya nada es necesario cuando pienso en ti.

Son solo juegos mentales, es todo.



Y, para terminar.
A esa persona en especial. Gracias por darme ese shock.
Era lo que tenía que pasar alguna vez :)

Si, lo prometo.



Hasta entonces.



"This is the end, beautiful friend..."

YA, terminé.
Y esto también terminó. SE ACABÓ.

domingo, 16 de agosto de 2009

Cuarta: Emergencia

El móvil comenzó a sonar.
-Diga.
-Chris, es Sarah. Necesito hablar contigo.
-Dime, ¿que ocurre?
-En persona, no por teléfono.
-Bien, estaré en tu casa en media hora.
-De acuerdo.

Tuve que ir comiendo el pastel y tomando la soda en el camino porque, a juzgar por el tono de voz de Sarah, esto era algo serio. Fui casi corriendo a tomar el bus camino a la casa de Sarah, y no pude disfrutar del pastel y la soda, lo cual era un presagio no muy bueno que digamos. Se me revolvía el estómago por saber que era, aunque tenía una remota idea de que cosa se trataba. Había solamente que confirmarlo.

-¡Chris!
-Sarah, ¿que ocurre?
-Nadine está en el hospital.
-¿Qué? Debes estar bromeando.
-No, no lo estoy.
-Pero, ¿Qué fue lo que paso?
-Creo que le dio fiebre alta, no estoy segura.
En ese momento pensé: Nadine tenía un poco de calentura ayer, y lo sentí en el momento en el que nos besamos, pero no le dije nada porque no quería incomodarla tanto. El momento tampoco era el adecuado.
-¿Podemos ir a visitarla ahora?
-No creo, su madre no me dijo nada. Su padre vendrá de España en un vuelo de emergencia.
-¿Su padre estaba en España?
-Si, ¿no te lo dijo?
-Ella me dijo que estaba en México, pero no en España.
-Ay, Nadine.

En eso, entendí la forma en la que encajaban las piezas del rompecabezas. Nadine se iba a España con su padre, y ella nunca quiso decírmelo. Genial.

Sabía que Nadine era como yo. A ella no le gustaba contar sus secretos, igual que a mi, y eso me daba seguridad e inseguridad al mismo tiempo. ¿Acaso Nadine me tenía miedo o algo así?

-¿En que hospital está Nadine?
-En el hospital central.
-Debo irme.
-¿Qué? ¿Vas a ir?
-Si.
-Chris, ¿Qué diablos estás haciendo?
-Lo siento Sarah, te veré luego.
-¡Chris! ¡Regresa ahora mismo!

Corrí lo más rápido que pude, mis impulsos habían despertado la ira en mí, y necesitaba ver a Nadine ahora mismo. Saber que estaba bien, y que al menos tendría la oportunidad de estar con ella y decirle lo tanto que la amaba. No me importaba correr riesgos. Ya no había riesgo que correr. Al menos en ese momento no había.

Sarah comenzó a llamar al móvil, pero me dio vergüenza contestar las llamadas. Llamó exactamente doce veces. A la decimotercera vez, no pude evitar contestar. Ya había casi llegado al hospital.
-Christopher, estás loco. Vuelve ahora mismo
-Ya llegué Sarah, lo siento.
-Regresa, o te juro que no te lo perdonaré. Estoy seguro que Nadine tampoco lo hará.
-Por favor, perdóname. No quiero hacer esto, pero es ahora o nunca.
-Arg, es inútil. Adiós.
Sentí un poco de arrepentimiento, porque no quería hacerle esto a Sarah, pero lo hecho, hecho estaba. Ya no había espacio para estar retractándose. Era como intentar hacer funcionar un auto sin batería.

En cuanto llegué, le pregunté a la recepcionista por el número de la habitación de Nadine.
-A ver... está en el 305
-De acuerdo, muchas gracias.
-Eh, esperé un momento.
-Diga.
-No hay ninguna visita reservada para la señorita. Usted no tiene un pase autorizado para visitas.
-¿No le llamo un tal Chris diciéndole que la señorita Nadine iba a recibir mi visita hoy día?
-De ninguna manera.
-Oh no, cielos Chris, que despistado que eres. Ahora mismo lo llamaré.
-De acuerdo.

Salí un momento del hospital, y fui a un teléfono público para llamar al hospital. Me aseguré de apuntar el número de recepción que estaba en uno de los paneles cerca de la entrada del hospital.
-Hospital central, ¿en qué puedo ayudarlo?
-Buenas tardes, me gustaría reservar una visita para el 305 -dije con voz gruesa.
-Oh si, creo que ya se a lo que se refiere. Dígame su nombre.
-Julián Taylor. Es el nombre de mi hermano. Yo soy Christopher.
-De acuerdo, ¿para cuando desea reservar la visita?
-Para ahora mismo. El debería estar en el hospital en estos momentos, y siento no haber reservado la visita antes.
-No hay problema, puede avisarle al señor Julián que ya está reservada la visita y que puede acercarse al hospital a recoger su pase.
-Está bien. Muchas gracias. Hasta luego.
Fui corriendo al hospital con la botella de soda en la mano, simulando que me la había comprado recién.
-Eh, me llamó el señor Christopher diciendo que la visita ya estaba reservada.
-Si, aquí tiene su pase, pero necesito su identificación.
-Eh, no la tengo conmigo en estos momentos, pero puedo darle el número.
Para suerte mía, tenía una lista de números de identificación de mis amigos en mi mochila. La hice pensando en casos de emergencia, como este. Y como estábamos en un hospital, era una real emergencia.
O al menos lo parecía...
La tipa lo dudo por unos segundos y dijo:
-A ver...
-Es 30192535
-De acuerdo. Ya lo apunté en la lista.
-Muchas gracias.

Al momento de pasar por la puerta del área de internados, le enseñé mi pase al guardia de seguridad, que me miró como si sospechara acerca de mí. Fui corriendo por las escaleras hasta el tercer piso. Cuando estaba en la escalera al tercer piso, tropecé con uno de los escalones.
-Mierda, mi rodilla. -dije en voz baja.
Por suerte, no fue tan grave como parecía, pero llegué a la habitación de Nadine cojeando, porque igual me dolía mucho. No había tiempo que perder.

Tenía miedo. Ahora si sentí que corría peligro.

Bah, pero ya había llegado muy lejos, y ya no importaba nada.
¿Miedo de qué?... "patrañas", dije en mis adentros.

Me asomé por la puerta, y la vi.



Hoy día, no voy a agradecer a nadie.

Bueno, en verdad si

Tengo que agradecer a Mauricio por darme la idea para el nombre de uno de los personajes de la historia.
Si, elegí ese. Gracias.

Y bueno, tengo que hacer una aclaración también.

Esto... mejor no. Lo dejaré para el final de la historia. Recien vamos cuatro partes, c'mon!

martes, 11 de agosto de 2009

Tercera: Tregua

"Me voy"

"Eso no te lo puedo decir, lo siento"

"No me entiendes"

Tenía esas malditas palabras todo el tiempo en mi mente. Sentí que quería agarrar un diccionario y quemarlo para no poder entender el significado de esas palabras nunca más. Era inútil, no sabía que estaba pasando. Estaba experimentando una mezcla extraña entre histeria, tristeza, ansiedad y locura.

No podía contenerlo por más tiempo. Nadine ya estaba jugando muy sucio, y me estaba haciendo demasiado daño sin querer, sin poder hacer nada al respecto. ¿Acaso era tan difícil hacerla sentirse bien? ¿O acaso era yo el que no estaba haciendo las cosas bien? Juro que quería destruir cada cosa que se encontraba en mi camino. No me importaba si luego venía un personaje de las historietas y me detenía. Aún así estaría complacido.

Tuve otra noche horrible. Diría que esta fue la peor de entre las últimas. Los shocks eran cada vez más constantes, y tampoco era para ponerme en estado de coma, pero sentía que necesitaba calmarme con algo. Me desperté de pronto, y miré el reloj. Eran las dos de la mañana, con nueve minutos, y no tenía sueño. Genial.

Cogí mi reproductor de CD's y, en volumen bajísimo, escuché por un rato un disco que Sarah había dejado ahí hace ya varias semanas. Era uno de sus favoritos. Sentí por un momento que quería hablar con ella, pero tampoco estaba tan loco como para llamar a alguien a esa hora. Me quede dormido escuchando el disco.

Era sábado. Y había cosas por hacer.

Tenía que ir a mis clases de inglés. En verdad, creo que lo necesitaba. Necesitaba algún lugar donde poder reencontrarme con mis ánimos, y en cierto modo, las clases de inglés ayudaban. La verdad, cada clase era una función de circo genial, con la excepción que no estaba el circo completo, solo... los payasos. Me divertía demasiado cada sábado, con cada cosa que se hablaba en la clase, y también podías encontrarte con amigos que solo veías una vez a la semana y que tal vez tengan algo interesante que contar.

Me encantaba hablar con Anna, era una tipa muy buena y muy graciosa. Se podía hablar fácilmente con ella, y teníamos muchas cosas en común. Siempre decía dos cosas: Que quería chocolate, y que tenía sueño. Sonaba tan... gracioso. Parecía una oficial de policía comiendo su dona de chocolate. Siempre que le decía alguna broma me respondía con un "shut up". Y tal vez lo que teníamos más en común, era que teníamos casi los mismos gustos musicales. Siempre hablábamos de las canciones que nos gustaban y hasta nos poníamos a cantar en plena clase. La pasaba muy bien con ella, no lo puedo negar.

-¿Que pasa Chris? ¿Estás bien?
-Si Anna, no te preocupes. Es que ayer no dormí bien.
-Oh, entiendo.
-Creo que necesitaré un poco de chocolate, como tu.
-Arg, ya me provocaste.
-Que bueno que lo dices.
-No es nada bueno Christopher. Y yo no sufro de insomnio como tu
-¿En serio?

La verdad, me moría de ganas por contarle a Anna lo que pasaba en realidad. Pero tampoco quería hacer mucho chamullo acerca del asunto. No me gustaba en realidad que la gente supiera todo lo que me pasaba. Pero ellos sabían que algo pasaba, porque no sabía fingir del todo. Eso me incomodaba más aun, porque me sentía como un famoso en pleno paparazzi.

Ese día, como siempre, salí conversando con Anna. Siempre que salíamos de la clase había un montón de gente afuera, y ella tenía que cruzar al otro lado de la avenida para tomar el bus que la lleve a su casa. Casi siempre que salíamos, el semáforo estaba en rojo, y ella se iba rápidamente.

-Debo irme, te veré el próximo sábado.
-De acuerdo, cuídate.
-Tu también.

Y debía esperar a que pase el bus que me lleve a mi casa. No era como cuando iba a la universidad. En ese caso si quería, podía regresar a casa caminando, porque no estaba tan lejos.

Pero, no quería ir a casa aún. No tenía nada que hacer luego y estaría muy aburrido allá. Tenía dos opciones. La primera era ir al centro comercial que está a unas cuadras del instituto, solo para mirar y tal vez comprar algo de comer. La segunda era visitar a Sarah, para lo cual tendría que irme mucho más lejos aún, pero la ruta era directa, así que tampoco era mala idea. Después de pensarlo por varios segundos, me decidí por la primera opción.

Entré a la tienda de discos, para ver que nuevos lanzamientos habían en el catálogo. Como no había nada nuevo, me fui a la tienda de aparatos electrónicos. Me quedé un buen rato jugando la demo de un videojuego nuevo, y cuando me aburrí me fui al supermercado, a comprar algo de comer. Tanta distracción me había dado hambre. ¿Que compré? Pastel de chocolate y una soda. Bien hecho Anna.

Me senté en una de las mesas que estaban en el comedor del supermercado, y no tardó en pasar.



Bueno, pues si tengo que agradecer a alguien ahora, es a Moé. Gracias por leer esta historia y por confiar en ella. Y gracias también por llenar mi paladar (y el de muchas personas) de buenas historias a través de tu blog.

Y también por muchas otras cosas más :)


PD: El nombre "Escena" ya no pega, buscaré un buen título con el transcurso del tiempo.

lunes, 10 de agosto de 2009

Kurayamide Sunglass

Bueno, el otro día entré a myspace (si, después de tiempo), y como tenía ganas de escuchar algo de música, visité el perfil de Sakura.

www.myspace.com/sakurazawa

Y escuché las canciones que estaban publicadas en su reproductor de música, así por un ratazo, mientras me ponía a leer algunos blogs. La que más me gustó se llama Kurayamide Sunglass (en kanji: 暗闇でサングラス), de Zigzo, uno de los grupos en los que estuvo Sakura. Es un instrumental de 11 minutos con 20 que, la verdad, es una obra maestra. Es una de mis canciones favoritas y pienso que no sería malo considerarla entre las mejores del J-rock.

Pero, apuesto a que hay una cosa que ustedes se estarán preguntando ahorita: ¿Quién demonios es Sakura?

Comenzando que Sakura no es mujer, es hombre (Jajaja), su nombre original es Yasunori Sakurazawa, y Sakura, su nombre artístico. Nació en Nerima, Tokio, el 20 de noviembre de 1969, y fue baterista del reconocidísimo grupo L'Arc~en~Ciel (de 1993 a 1997). Por problemas de posesión de drogas fue expulsado del grupo y dos años después, formó un nuevo grupo: Zigzo, en el que también estaba el ex-vocalista de Malice Mizer Tetsu. En el 2002 el grupo llega a separarse y luego, Sakura se reune con Ken, ex-compañero de grupo en Laruku, y forman Sons of All Pussys (S.O.A.P.). También toca guitarra en un grupo llamado Lion Heads, y actualmente participa como miembro de gira del grupo Creature Creature.

Tengo que decir que Sakura es uno de mis bateristas favoritos y una de mis principales influencias musicales. Gracias a él soy fan de los kits de batería Pearl.

Por tanto, tenía que hablar de él en The outcast SI o SI.

Bueno, les dejo un video de la canción. No es la canción completa, pero es lo único que tengo a la mano. Si quieren escuchar la canción completa, entren al perfil de Sakura. El link está más arriba, y como Sergio (YO) es flojo, no quiere poner Ctrl+C y Ctrl+V.



Nos vemos

Kurayamide Sunglass (8)

jueves, 6 de agosto de 2009

Despedida

Si, otra canción.


Al mirar la cuerda estando solo
¿Dónde voy a estar sin tu amor?
Al mirar la cuerda estando solo
¿Dónde voy a estar?

Cuando estoy solo
¿Dónde voy a estar sin tu amor?
Cuando estoy solo
¿Dónde voy a estar?
Corta la cuerda estando solo
¿Dónde voy a estar?

Al mirar la cuerda estando solo
¿Dónde voy a estar sin tu amor?
Abrirán la puerta si te vas
¿Dónde voy a estar?

Cuando estoy solo
¿Dónde voy a estar sin tu amor?
Cuando estoy solo
¿Dónde voy a estar?
Corta la cuerda estando solo
¿Dónde voy a estar?

Cuando estoy solo...
Cuando estoy solo.


Despedida - Mar de Copas (III, 1997)

Bueno, si creen que hay una razón especial por la cual publiqué esta canción, dieron en el blanco.
La hay.

No se como sea, ni cuando, ni porque, pero se que la hay.

No más preguntas por favor. Es todo.

miércoles, 5 de agosto de 2009

Segunda: Causa y Efecto

Bueno, mi último intento de escape del bloqueo de escritor (o de las PCA como diría Nela Canela).

Si desean saber que paso antes de esto, vayanse al archivo no estadístico y busquen el post "Escena". Sino, van a estar más perdidos que un cartucho de Super Nintendo en una laptop.

Chiste monce, olvídenlo.

En fin, ahi va.



Ahí estaba ella, con la mirada perdida, vagando por las hojas de los árboles del parque. No entendía en verdad lo que estaba pasando. Era Nadine, a pocos metros de mí, tal vez... con un mensaje que dar.

Juro que me quede pegado a esa imagen por varios segundos, hasta que ella volvió la mirada hacia mí. No pude evitar hacer un tic, pero que se podía hacer.

Si, esa mujer me dio un ataque sorpresa.
-Nadine, eh... hola
-Hola Chris
-¿Qué tal? ¿Cómo la estas pasando?
-Bien, todo bien. Como siempre
-Me alegra saber que todo está bien.
De pronto, algo interrumpió en la conversación
-Chris, ¿vienes o no?
-Un momento, yo los alcanzo luego. –volteé y dije.
Nadine sonrió al ver que dije esas palabras. Le devolví la sonrisa cuando volví la mirada hacia ella. Finalmente, ella fue la que rompió el hielo, y de que manera.
-Eh, Chris, yo...
-¿Quieres ir a tomar un café?
-De acuerdo

Ese no era el escenario apropiado para conversar sobre eso. Fuimos a la cafetería que está a tres cuadras del campus. Me encantaba ir ahí, la verdad. Siempre que estaba cansado luego de clases, iba por una taza de café para calmar el ambiente. A veces también pedía café con hielo, cuando necesitaba refrescarme. Era genial. Y mejor aún si el café de ese lugar sabía muy bien.
-Buenas tardes, ¿Puedo tomar su orden?
-Agua sola –dijo Nadine.
-¿Estás segura que no quieres nada más? –pregunté.
-No, está bien Chris, no te preocupes. –respondió con una sonrisa burlona.
-De acuerdo, yo quiero un café capuccino, y un pedazo de pastel de naranja.
-¿Algo más?
-No, nada más –repuso Nadine. Que atrevimiento para decirlo.
-Muy bien. Volveré con su pedido.
-Gracias.

La verdad, todo el tiempo que estuvimos en la cafetería, nos la pasamos hablando sobre otras cosas. Sobre la última vez que hablamos con Sarah, sobre las canciones que estaba escribiendo para el grupo, sobre un concierto que iba a haber en unos meses, y para el cual la fecha de inicio de venta de entradas se había aplazado unos días. En fin, varias cosas que no tenían absolutamente nada que ver con el tema principal. La causa de todo lo que estaba pasando. El motivo que nos tenía yendo y viniendo como si fuésemos un sube y baja con dos niños jugando de manera inocente, pero que en realidad conocían el motivo de ese sube y baja. Su mecanismo, su equilibrio, su funcionamiento. Era muy comparable con esto, o en el peor de los casos, con una montaña rusa, si es que lo ponen de un modo más... ¿extremo?

-Eh, la cuenta por favor
-Si señor
Me volví hacia ella.
-Nadine, déjame pagar todo.
-No.
-Por favor, ¿si?
-Que no.
Ella siempre tenía esa costumbre de negarme el pagar todo. O sea, ella no siempre iba a estar pagando. Yo me sentía algo molesto, pero bueno, así era ella. Y para variar, sabía mis pensamientos de memoria. Sabía que posiblemente, acepte un no por respuesta. Genial.

Al salir del local recibí en mi móvil un mensaje de uno de mis amigos:

“Hey, ¿que paso? ¿Tu chica te secuestró o te diste cuenta que no ibas a poder con nosotros en el pool?”
-¿Quién es? –preguntó Nadine. No era su costumbre preguntar por la gente que me llamaba o mandaba mensajes.
-Mis amigos. Dicen que la pasaron bien en el pool. –mentí.
-Oh, ¿por qué no fuiste?
-Porque tengo prioridades.
-Vaya, que ordenado que eres Chris, me sorprendes.
Parecía que Nadine jugaba sus cartas de manera perfecta. Apuesto que sería una perfecta jugadora de póker. Claro, si es que supiera jugarlo. Ahora que recuerdo, prometí enseñarle una vez a jugarlo, pero se hizo imposible por los acontecimientos del fin de semana pasado.

Llegamos a su casa, y nos sentamos en uno de los escalones de la entrada.
-Y bueno, creo que... se te olvidó algo. –dijo ella.
-¿En serio? Que despistado.
-¡Ja!
Tardamos unos segundos en poder mirarnos a la cara, y cuando sucedió, fuimos acercándonos poco a poco, hasta que nuestros labios se cruzaron.
Fue algo tan... natural. Ambos nos dejamos llevar como no lo habríamos hecho en el resto del día. Debo admitir que extrañaba esos labios, pero ahora eran diferentes. En serio, parecía que era otra Nadine. No era la Nadine loca e ingenua que le gustaba hacer acopio de sus pensamientos, de sus frases, de sus palabras fuera de serie, y de su personalidad intro-extrovertida. No era la Nadine que yo conocía, y esos no eran sus encantos únicos de ella. Era una Nadine más, atrevida, desenfrenada, como quien va manejando en una motocicleta sin saber como hacerlo.

Luego, ella se detuvo, y cambió su mirada. Nadine había vuelto.
-Chris...
-Dime amor.
-Lo siento.
Esas dos palabras me dejaron en shock.
-¿Por que? ¿Ahora que ocurre?
-Tengo que decirte algo.
-Dime.
-Me voy. –dijo con lágrimas en los ojos.
-¿Qué?
-Si, me voy. Y no se si vuelva algún día.
-Pero, ¿Cómo? ¿A dónde te vas?
-A España.
-¿España? ¿Cómo así?
-Si, me voy a España. Viajaré dentro de una semana.
-Pero... ¿por qué? –No sabía que decir. Esto no me lo esperaba de ninguna manera, Nadine me dió un golpe bajo.
-Lamento si no te lo dije antes, pero... es que Chris la verdad te amo tanto. Y nuestra relación se ha vuelto tan... asediada por cosas ajenas a nosotros, y no quería que lo supieras. Supuse que me odiarías.
-Estás loca. –le dije sin trabas.
-Por ti.
-Eso no cambiará.
-Te lo aseguro.
Nos quedamos en silencio por diez segundos. Hablé yo.
-Y, ¿por qué viajarás?
-Eso no te lo puedo decir, lo siento.
-¿No me lo puedes decir? Genial.
-Es que de verdad no puedo. No es tan fácil como parece Christopher.
-¿De veras?
-Arg, ya ves. No me entiendes.
-Si te entiendo, solo que, no puedo imaginarme algo que sea demasiado malo para que no pueda saberlo.
-Pues imagínalo.
-De acuerdo.
Pasó otro silencio de diez minutos. Esta vez habló ella
-Debo irme
-¿Por qué?
-Porque si. Punto.
-Como tu digas.
Nos despedimos con un beso, otra vez, pero este fue más pausado y pacífico que el primero.
-Cuídate. –le dije.
-Lo haré. Tu también.
-Gracias.
Sonrió de forma natural, como me gustaba, y entró a su casa.



Bueno, ahora me toca agradecer a las siguientes personas (o grupos de personas):
-The Dresden Dolls
-Muse
-Jack White
-Coldplay
-Buck-Tick

Si no fuera por ustedes, no habría intentado siquiera escribir algo, gracias infinitas.

Ahora si, me voy a jugar PES 2009, que mi jugador del modo Become a Legend está en el año 2015, juega en el Man U, y es el goleador de la Liga Inglesa con 40 goles, wow. Intenta superar eso Berbatov.

¿Super Nintendo? ¿PES 2009? Demasiados videojuegos por hoy.

Au revoir.

lunes, 3 de agosto de 2009

Que fácil, no?

Bueno, prometo que este es el último post que escribiré sobre ti por ahora.

Si, ya estoy harto de caer siempre en lo mismo, y he decidido que ya no se hablará más de ti en The outcast en los próximos días. Me basta con saber que puedo contar con que lo entenderás.
Gracias.



Es que, no se como le haces la verdad. Todo parece tan facil, tan simple...
...cuando el que se complica la vida y sufre soy yo. Rayos.



No te miento, siento que todo esto es demasiado difícil. Es como un sube y baja que no tiene nunca acabar. Pros y contras. Solo eso.

La verdad, es que hay más pros que contras, pero los contras pesan más en este caso.
No puedo dejar cada segundo que pasa de pensar que puede ser, pero que no puede ser
(pero que puede ser... espera, no. No puede ser)
Total, ¿en que quedamos?

Si, tengo miedo. ¿Y que?



Como dije antes, no entiendo hasta ahora como haces. Todo es tan fácil, tan simple, tan sutil.

"Simple, fácil. ¿Por qué complicarnos la vida?"

Ja! No puede ser.



"Decídete Sergio, decídete"
(Genial, ¿ahora que?
Eres tu, ¿no?)

No quiero darme por vencido, NO QUIERO.
Te juro que eso sería lo último que haga.

Veremos... veremos quien gana al final.



"...'Cause I was born to destroy you
And I am growing by the hour
And I'm getting strong in every way"

Sigo en mi bloqueo de escritor. ¿se nota?
Bah, que pregunta más estúpida.

Bueno, como aquí en The outcast se puede publicar cualquier cosa, no es necesario estar inspirado para escribir algo. Se los advertí.

Así que, no me jodan y aguantense :)
(En el peor de los casos, mil disculpas)

domingo, 2 de agosto de 2009

Boring boring

Nota preámbulo: Después de escribir esto y revisarlo, me di cuenta que aparentemente he caido en un bloqueo de escritor tremendo. Las disculpas del caso.



"All our hopes and expectations. Black holes and revelations"
(Starlight, Muse)

"Echoes, Silence, Patience and Grace, all of these moments I'll never replace"
(Home, Foo Fighters)

"I gotta believe it's worth it. Without a victory, I'm so sanctified and free"
(The World We Live in, The Killers)

"Idiot, slow down, slow down..."
(The Tourist, Radiohead)


Estas cuatro frases juntas solo me dicen una cosa: Comienza de nuevo. Cambia.

"¡Rayos!, ¿por qué tendría que pasar esto otra vez? ¿Que cosa hice mal?"

Es que, salir de una, y luego entrar en otra, creo que era demasiado pronto para pensar en eso.
¿o no?


Miren, el asunto es que, estoy aburrido de todo esto. Si, aburrido.


Lo que más no me gusta de la vida, es que a veces es aburrida.
No me importa si hay problemas o no, eso es lo de menos. Total, siempre hay problemas y ya me acostumbré a ello.
Y lo que más necesito ahora (y con urgencia), es matar este aburrimiento.


Pero... ¿como?


Bueno, lo intentaré
El que no arriesga, no gana, como me dijo una persona hace tiempo.


"¿Cuanto podrían cambiar las probabilidades en caso de que sucediera?"
No lo se


Ya fue...