The time has come to make things right
You and I must fight for our rights
You and I must fight to survive"
(Knights of Cydonia, Muse)
Vamos, ¿qué esperas?
Hazlo, no tengas miedo
Decídete.
(Jajajaja ¿qué fue eso?)
De por si aclaro que no es una campaña publicitaria para una universidad, y mucho menos un fragmento de un libro de autoayuda.
Muchas veces en nuestras vidas nos vemos en la obligación de tomar riesgos, muchos riesgos.
Son riesgos porque no sabemos si las consecuencias de lo que hagamos sean buenas o malas.
Estas son las situaciones que ponen a prueba nuestra valentía y nuestra capacidad de percepción.
"Allí es donde las papas queman."
Y por lo general, siempre he sido de la idea de que hay que arriesgar. Muchas veces mi padre me decía: "No hay peor gestión que la que no se realiza"
No, no se imaginen a un tipo haciendo puenting, porque ese no es el tipo de riesgos del cual estoy hablando (si, me gustaría intentar puenting algún día, pero ahora no viene al caso).
El punto es que, por lo general las situaciones que se presentaban en mi vida las tomaba de una manera más... entusiasta. Siempre tenía ganas de que el destino me presentara nuevas formas, nuevos colores, nuevas emociones. Tenía bien claro que todo dependía de mi, y que luego vendrían los resultados.
Pero... como que en estos últimos tiempos, y a raíz de los hechos ocurridos (si, Ilusión y Realidad), siento que he perdido la fé en el destino. Si, ya se que antes decía que debía ajustarme a lo que me decía el destino, pero eso era en mi época insensible, ilusa.
Ahora, ya no siento lo mismo. He perdido todas las ganas de correr riesgos, y de cambiar de alguna forma el destino.
No sé si... morir con la verdad dentro de mi, o atreverme a hablar y que el resto lo decida el destino.
No es que sea un cobarde (aunque en realidad si podría serlo), pero de alguna forma creo que no es miedo lo que estoy sintiendo. Es ansiedad.
Ansiedad porque... mi paciencia está haciendo puré de papas conmigo.
(¿puré de Sergio? wtf?)
Esa es otra de las cosas que tengo y a las cuales se les podría llamar defecto: Soy demasiado impaciente.
(Ahora que recuerdo, algo parecido me pasaba con Lilith, pero en esa ocasión si precipité las cosas demasiado. No quiero que pase eso otra vez)
Y mientras no llegue ese momento para actuar que tanto estoy esperando, la ansiedad seguirá, y seguirá, y seguirá presente.
Y mi fé en el destino irá decreciendo.
Pero mi fé en Realidad jamás disminuirá. Jamás.
Mientras tanto, lo único que me queda es seguir esperando. El destino me dirá cuál será el momento perfecto para actuar, y ahí veremos.
Como diría la canción: All we need is just a little patience.
"We are just misguided ghosts, travelling endlessly"
En conclusión, nunca confundas ansiedad con valentía. No se llevan bien.
Y éste fue otro minuto filosófico, gracias por leernos :)
Hablamos.
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