...
Para ti, tiempo y distancia.
Me he sentado cerca a la tierra de la sed y la rutina más de una vez, y de alguna u otra manera creo que nunca pudiste entender la forma en la que se conectan los recuerdos en mi mente, y de repente nunca lo harás, porque eres cobarde, como el viento en primavera, y aunque lo hagas será demasiado tarde. Bajo mi conciencia descansa una descarga de furia en tonalidades de rojo que nadie parece haber visto aún. Colores que la luz no refleja por su falta de valor.
Me han dicho que me he convertido en un loco, demente, incipiente, un bicho raro buscando procrear con otro de su misma especie en una laguna de lagrimas azules de luna llena. Que ando perdido en mi limbo de soledad y no hay paño frío que calme esta fiebre de lunes por la mañana. A veces es difícil saber que el tiempo enseña a no meter los dos pies en vez de uno y que el gallo canta en el momento exacto. Después de todo, los animales piensan con el corazón y no con las patas, pequeño cuadrúpedo, amenaza mental.
Me he encontrado con miles de almas que no pueden ir pidiendo perdón todo el tiempo, como lluvia de verano, ataca y da el primer golpe por anticipado y nunca se deja vencer fácilmente. Escoria, gritas en medio del silencio, nadie ni nada te impide gritar cuando fama te azota por sangre, sudor y lágrimas. Cuesta el dolor y vale tu libertad, no esperas nunca a que cante el gallo otra vez.
Me he encontrado en un mundo vacío, mentiroso, melancólico, obeso, y donde la libertad se busca cual mercenario en campaña.
¿Y que es de tu libertad, pequeña criatura?
¿Aún sigues despierta?
"Solo me quedan ustedes, y un corazón que cree"
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